1. Dile a las personas participantes que el objetivo del ejercicio es construir un paisaje mental compartido (sobre un tema determinado). El paisaje se construye paso a paso, subiendo al «escenario» y adoptando una postura y un movimiento que representen su propio elemento, y describiendo verbalmente lo que el elemento representa en el «paisaje».

2. Dile a las personas participantes que estos elementos pueden ser vivos (personas, animales, objetos naturales), inanimados (objetos o cosas de la naturaleza), elementos naturales (lluvia, viento) o emociones (alegría, contemplación, serenidad).

3. Haz saber a las personas participantes que el paisaje se construye pieza a pieza, es decir, persona a persona. Es importante que nos escuchemos unas a otras y construyamos el paisaje en paz.

4. Cuando el paisaje esté completo, y cada elemento esté en su sitio, podemos admirar el paisaje durante un rato desde nuestras propias posiciones, y luego la persona animadora puede pedir a todas las personas que salgan del paisaje.

El ejercicio también puede servir para dar feedback al final del taller; qué tipo de paisaje experiencial se nos ha formado. Lo más importante es que las cosas que la gente expresa sean aceptadas y vistas/escuchadas.